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Las ventajas del Design Thinking para Pymes
- Esta metodología es ideal para aquellos negocios que piensan en aumentar sus ventas, entregando claves para una estrategia que entregue soluciones a los clientes, posicionándolos como protagonistas de ellas.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las pymes en Latinoamérica se configuran como uno de los motores fundamentales para el desarrollo, entregando empleo a cerca del 67% del total de trabajadores. En esta línea, expertos indican que es importante establecer herramientas que permitan potenciar su desarrollo, en especial a aquellas que han alcanzado un ciclo virtuoso y que buscan incrementar su volumen de ventas.
Una de estas herramientas es el Design Thinking, metodología de desarrollo que busca pensar las estrategias e iniciativas, desde la perspectiva del cliente, para conocer sus necesidades y desde ahí, construir en adelante.
“El Design Thinking es ideal para quienes buscan impulsar sus negocios porque permite crear o modificar productos y servicios desde el cliente, junto a ellos, en un proceso que impulsa la creatividad de los equipos involucrados, disminuyendo riesgos financieros, permitiendo fallar pronto y barato, además de considerar una correcta definición del problema, base crucial para la configuración de un prototipo a testear en el mercado”, indica Darío Poblete, Fundador de Design Thinking Chile.
En la misma línea, el experto agrega que “de esta manera, sacamos el estrés de siempre presionar al emprendedor a generar la ideas de la nada, o que sea el innovador por excelencia. El mayor error que cometemos los emprendedores es creer fuertemente en nuestros propios paradigmas, como si fueran los ‘dolores’ del consumidor. Por cierto, debemos comenzar de una hipótesis del problema, pero ésta va cambiando en la medida que nos hacemos expertos en el mismo, razón por la cual ya estamos innovando desde un inicio”.
Enfocado en el consumidor
Desde Design Thinking Chile comentan que, si bien este método tiene etapas, al igual que la Innovación, no es “lineal”, por lo que frecuentemente quizás se deba retroceder en las etapas, hacer dos o más al mismo tiempo y volver al inicio para ir mejorando la propuesta final. Según el ejecutivo, hay tres retos dentro del proceso:
- Primero: reconocer un problema en un grupo de consumidores y que estén dispuestos a pagar por una solución a dicha dificultad (Design Thinking), donde el éxito sobre todo está marcado por descubrir aquella necesidad latente que ni el mismo cliente aún ha reconocido o etiquetado.
- Segundo: tener la factibilidad técnica en poder implementar dicha solución.
- Tercero: definir el modelo de negocio que acompañará la innovación, entendiendo como tal la Propuesta de valor, modelo de ganancia o como se generarán los flujos de caja, y la lógica del negocio, o bien, la forma en que se generará un crecimiento orgánico donde los clientes se convierten en vendedores de la propuesta de Valor (el llamado boca a boca).
Para la implementación de este método, Design Thinking Chile ofrece acompañamiento para un óptimo desarrollo de este tipo de estrategia. “Aseguramos una serie de metodologías, formatos de trabajo, e inclusive una búsqueda de inspiración de ideas que no está normalmente en las organizaciones. Ello, producto del trabajo diario, responsabilidades y por sobre todo, la necesidad que un “moderador” externo, no contaminado con la vorágine interna de la organización, genere un ambiente de colaboración, diagnóstico y maneje los tiempos de la problemática definida por el grupo”, indica Darío Poblete.